Cuando llega a las manos un cristal o una piedra, es muy importante lavarlas y purificarlas para eliminar cualquier tipo de negatividad que puedan haber adquirido. Este procedimiento se puede realizar de diferentes maneras: situando las piedras bajo un chorro de agua corriente (si es una fuente natural mejor) visualizando como la negatividad abandona la piedra; enterrándola varios días en sal marina; llevándolas al mar y envueltas en una red para sostenerlas. Son todas estupendas formas de limpiar y purificar las piedras. No se puede usar la sal con el ámbar, las esmeraldas, el lapislázuli, el ópalo, la malaquita y las turquesas. La selenita no puede sumergirse mucho tiempo en agua, puesto que al tratarse de una sal puede llegar a disolverse. Carga y cuidados de los cristales y piedras Para cargar-recargar los cuarzos y piedras existen también diferentes maneras dependiendo de su composición. Los cuarzos deben ser expuestos directamente a la luz del Sol con frecuencia siempre qu